El Arquitecto Bonanno Pisano, hacia el año 1173, se encargó de la construcción del campanario para la catedral de la ciudad Toscana de Pisa (Pisa es un municipio de la región italiana de la Toscana). Bonanno se propuso construir un campanario en forma de columna y separado de la catedral de Santa María Asunta, en la Piazza dei Miracoli.
No obstante al poco tiempo se observó que los cimientos de la torre eran muy débiles, lo cual provocó que la torre empezará a inclinarse (en un primer momento se curvó unos 5 cm. hacia el sudeste) tras el término de los primeros tres pisos.
La inclinación de la torre se debe a que se construyó sobre el subsuelo, lo cual no provoco estabilidad en el edificio. Cien años más tarde el Arquitecto Giovanni di Simone tomó como reto restaurar la torre y se arriesgó a remediar la inclinación de la edificación, construyendo verticalmente los cuatro pisos que faltaban. Sin embargo el campanario continuo inclinándose.
Este último arquitecto mandó a detener la obra. En 1928 se tomó las medidas de una desviación de la plomada de 1,43 m, y en 1360 esta cifra ya había aumentado a 1,63. El primer arquitecto que empezó la construcción, decidió continuar edificando el campanario. Para ello, dispuso a construir la torre de forma vertical sobre el edificio inclinado. En 1372, la torre del campanario quedaba lista para su inauguración.
En los años venideros, la inclinación de la torre se ralentizó. El peso de esta construcción (14.500 toneladas) ayudó a compactar el suelo, lo cual permitió la estabilización del edificio.
En el año 1835, el arquitecto Alessandro Gherardesca eliminó el blando suelo lodoso y lo sustituyó por una base de mármol.
A comienzo de los años 90 se retiraron las siete campanas y un equipo de alpinistas ancló la torre con cables de acero para contrarrestar su inclinación.
El gobierno Italiano ha hecho lo posible porque la torre no se derrumbe, y para los años 1994 y 1995, se colocaron en la parte norte de la torre 690 toneladas de plomo, su fijación se realizó tras la inserción de una serie de anclas enterradas en el suelo, a 40 m.
La solución definitiva consistió en retirar 38 metros cúbicos de tierra, con lo que la torre recuperó el medio grado para su consolidación, esto en 2001 gracias a un proyecto de ingeniería.